Hay 9.000 voluntarios en la lista para recibir un ensayo de una potencial vacuna contra el coronaviurs. Brasil, epicentro latinoamericano de la pandemia, aprobó el inicio de las pruebas científicas desarrolladas por la empresa china Sinovac. Mientras tanto, Rio de Janeiro sigue adelante con la reapertura de actividades y hoy habilitó las misas católicas presenciales.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), vinculada al Ministerio de Salud, indicó en una nota que las pruebas de la potencial vacuna, elaborada a partir de cepas inactivas del patógeno. Los expertos explicaron que servirán para evaluar su seguridad y eficacia en la inmunización contra la covid-19.
Acuerdo con el laboratorio
Los ensayos se realizarán, según la previsión inicial, a 9.000 personas en los estados de Sao Paulo, el más azotado por la pandemia, Rio Grande do Sul, Minas Gerais y Paraná, además de en Brasilia, la capital del país. El centro de investigación Instituto Butantan de Sao Paulo coordinará los estudios tras llegar a un acuerdo con el laboratorio chino para ejecutar la tercera y última fase de pruebas clínicas de la posible vacuna.
Esta es la segunda vez que las autoridades sanitarias brasileñas permiten probar la eficacia de una vacuna candidata contra el nuevo coronavirus en el país, tras autorizar en junio pasado los ensayos de la fabricada por la Universidad de Oxford junto con la farmacéutica AstraZeneca.
Apoyo financiero
Los test de esta última ya han empezado en un grupo de 2.000 personas y son conducidos por la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp), con el apoyo financiero de la Fundación Lemann, del multimillonario brasileño Jorge Paulo Lemann. El Ministerio de Salud anunció la semana pasada un acuerdo con la Universidad de Oxford y AstraZeneca que le permitirá producir esa vacuna.
El acuerdo compromete a Brasil con un desembolso de U$S 288 millones por adquirir 100 millones de dosis y la transferencia de tecnología para su producción de forma autónoma en el país.
Abrieron las iglesias
Brasil, con 63.174 muertes, de las que 1.290 se registraron el último día, y 1,5 millones de casos, es el segundo país más afectado en el mundo, después de Estados Unidos. Aún así, las iglesias de Río de Janeiro volvieron a recibir hoy a sus fieles para oficiar misa después de tres meses confinadas por la pandemia y pese a que el virus aún continúa en circulación.
Las puertas de la Catedral Metropolitana de Sao Sebastiao, situada en el centro de la capital fluminense e inaugurada en 1979, se abrieron a los feligreses, aunque con restricciones y previa inscripción en una aplicación telefónica.
A la entrada hubo controles de temperatura y un contador de personas, pues se ha restringido la capacidad al templo a apenas un tercio del total, según constató la agencia de noticias EFE. Dentro de la catedral era obligatorio llevar mascarilla y respetar la distancia de seguridad para la cual había marcas en el suelo.
"Sabemos que la pandemia continúa, por eso todos los cuidados son importantes: la higiene, el distanciamiento, la mascarilla", indicó el arzobispo de Río de Janeiro, Dom Orani Tempesta. En el momento de dar la comunión, los curas, sin guantes, entregaron la hostia a cada fiel en las manos y no en la boca, aunque en la fila para recibirla se aplicó a los fieles alcohol en gel. Tampoco hubo abrazos al dar la paz.